ESTOS SON ALGUNOS DE LOS CUENTOS HIPERBREVES
O MICRORRELATOS QUE HAN ESCRITO LOS ALUMNOS DE 2º ESO B.
LA NIÑA QUE SOÑABA
La niña dormía, cuando abrió los ojos
y vio cómo todo estaba en blanco y negro, recordó lo horrible que era el mundo
real, así que los volvió a cerrar y siguió en el mundo de color, en el que todo
lo que imaginas se puede cumplir.
ICÍAR BOADA
“Déjalo aquí encima anda, que con lo torpe que eres te cortas”,
le dije. Al rato lo vi ahorcado con una frase que ponía: “ Tranquila, que haré
todo lo que digas amorcito, te quiero”.
DARÍO MONTEJO
·
¿Sabes? Es como una especie de conjuro, antes de enamorarme de
alguien sueño con esa persona.
·
Así que soñaste conmigo,
igual que con los demás. ¿Cuánto durará esto? Me dejarás cuando sueñes con
otra, es como funciona, ¿no?
·
Era como funcionaba, hasta que llegaste tú… Nunca tuve un sueño
contigo, cariño, tú eres el sueño.
ADRIÁN GÓMEZ
EL CHICO DE LA MALA SUERTE.
Érase
una vez un chico que se sentó en un
montón de paja y se clavó una aguja.
YERAY LÓPEZ
EL GRAN DÍA
Mi mejor amigo y yo
compartimos las mismas aficiones, pasatiempos, etc. Me di cuenta de que lo que
sentía hacia él era más que amistad, estaba enamorada de él. Un día quedamos
para ir al cine, vimos una película de amor de la que salimos llorando los dos.
Cuando me acompañó a casa estaba dispuesta a contarle lo que sentía por él, así
que subimos a mi cuarto. Él sostuvo mi barbilla entre sus dedos para decirme algo,
pero antes yo debía avisar a mi madre de nuestra llegada. Cuando volví a mi
habitación, se estaba besando con mi hermano. Nunca entenderé esto del
amor.
ERIKA ARIAS
MI MOMENTO
Algunas veces quiero salir hasta tarde. Otras veces me aburro y me
vuelvo. Mami ya es hora, ya ha llegado el momento.
MARTA TELLO
La mataron. Nunca nadie supo quién había sido,
excepto yo.
ADRIÁN GÓMEZ
A un niño le gustaba una niña, y a la niña le gustaba el niño,
pero ninguno de los dos se atrevía a decírselo al otro. Al cabo de unos días el
niño le habló a la niña. Cuando llevaban muchos días hablando se dieron cuenta
de que estaban enamorados el uno del otro y de que estaban destinados a estar
juntos. Un día el niño le dijo lo que sentía a la niña y le pidió salir, la
niña como estaba enamorada del niño le dijo lo que ella sentía por él y le dijo
que si quería estar con él.
SILVIA ARIAS
Estábamos tan bien, tan bien...No entendí por qué me dijo que
no. Ahora voy a su tumba todos los días a ver que tal está. En la lápida pone:
“Gracias, querida mujer, por todo”
DARÍO MONTEJO
MARÍA Y EL MONEDERO
Un
día lluvioso María fue a comprar cuando se dio cuenta de que le habían robado
el monedero que estaba en el coche un poco más adelante lo encontró en una
papelera pero sin dinero.
MARTA SÁNCHEZ
EL PUEBLO DE LAS MENTIRAS
Un día de primavera, visitando Villamiel, no encontré la villa,
ni tampoco la miel.
MARTA TELLO
Y de tantos lugares donde nos quisimos faltó
uno: la realidad.
ADRIÁN GÓMEZ
LOS ENAMORADOS
Érase una vez un hombre
y una mujer que se querían tanto que dejaron de estar juntos para no hacerse
daño el uno al otro.
YERAY LÓPEZ
LAURA
Y EL VECINO
El
día de San Valentín a Laura le regalaron un ramo de rosas, pero no sabía de
quién era. Hasta que un día se dio cuenta de que su vecino la vigilaba.
MARTA SÁNCHEZ
Ella siempre se sacrificaba por mí, me llamaba a todas horas, me
daba cientos de miles de consejos que debía haber escuchado. Todas las mañanas
me daba los buenos días, y por la noche, las buenas noches; estaba pendiente de
mí, me protegía, me cuidaba. Y lo único que hice yo por ella fue llevarle un
ramo de flores, no por el Día de la Madre, sino en el día de su funeral. Ojalá
nunca hubiera hecho esa absurda apuesta.
ERIKA ARIAS
CUIDA DE LO QUE TIENES POR SI ALGUNA VEZ TE TOCA IMAGINARLO
Eran dos adolescentes muy enamorados, pero como otros tenían sus
problemas.
La chavala le amaba, pero cuando se enteró de que la estaba engañando,
se dieron un tiempo. Lo arreglaron, y volvió a pasar lo mismo y esta vez la
chavala, muy enfadada, le dijo que no quería saber nada más de él, y este
pidiéndole disculpas y arrodillado ante ella le pedía perdón. Ella le contestó
que no se lamentara de los errores, que aprendiera de ellos.
ICÍAR BOADA
Y colorín colorado este microcuento se ha
acabado.
ADRIÁN GÓMEZ
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